lunes, 4 de julio de 2011

5.7

"- Decidme, Tirant - dijo la princesa-, por Dios, que os dejo obtener lo que deseéis, decidme quién es la señora que tanto mal os hace pasar, porque, si os puedo ayudar en nada, lo haré de muy buena voluntad, ya que estoy impaciente de saberlo.

Tirant se puso la mano en la manga y sacó el espejo, y dijo:
- Señora, la imagen que veréis puede darme muerte o vida. Mándele, vuestra alteza, que tenga piedad de mí.

La princesa tomó en seguida el espejo y, con cuidados pasos, entró en la cámara pensando que encontraría alguna mujer pintada, pero no vio más que su cara.
Entonces ella comprendió perfectamente que por ella se hacía la fiesta y se admiró mucho de que alguien pueda pedir de amores a una dama sin hablar."

[Tirant lo Blach - Joanot Martorell]