9.5

"En los últimos años, la incorporación del fetichismo y la zoofilia en el catálogo de productos al servicio del consumidor se ha convertido en una fuente de ingresos para muchas distribuidoras de porno mainstream que han visto como las exigencias e intereses del sector heterosexual —aburridos como estábamos de masturbarnos ante la misma escena catártica deja vù dividida en tres momentos aristotélicos: mamada, penetración y cum-shot— se han desplazado del modelo rubia-siliconada, al modelo asiática-culofino y de ahí a la coprofilia, las prácticas BDSM o el caballo de carreras follador. Así, el porno heterosexista no es tan homogéneo ni tan reaccionario como se podría pensar en un primer momento."

[Confesiones de un pajillero (artículo) - Ernesto Castro]