"En mi última visita a Roma, junto al Coliseo me abordó un romano con casco, coraza, clámide y espada y me preguntó si no quería hacerme una foto con un gladiador. Yo le respondí: "Macchè gladiatore, Lei è un centurione!". Y el buen hombre, cariacontecido, me dejó en paz."
[Comentario leído en una noticia, obviamente anónimo]
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