"Durante tres lustros, Pivot consiguió que los viernes por la noche
entre tres y seis millones de telespectadores pasaran del cine, las
variedades o los concursos para ver en Antenne 2 una tertulia literaria
en directo. Sólo él podía hacerlo, porque está hecho con la misma pasta
que el actor cinematográfico Philippe Noiret; es decir, es ese tipo al
que todo el mundo invitaría a cenar a casa: el hermano mayor sabio y
jovial.La idea de Apostrophes consistía en que cuatro o cinco
autores abordaran un tema único del que todos hubieran escrito
recientemente: la inteligencia de los bebés, el amor sadomasoquista,
Napoleón y las mujeres, el dinero, la revolución iraní, el adulterio o
Marilyn Monroe. Antes de encontrarse en el programa, todos los invitados
debían haber leído los textos de sus contertulios. Por su parte, Pivot,
el anfitrión, conocía hasta las notas a pie de página de los libros
presentados. Pivot era la gracia del programa. Con humor y malicia impedía que los
escritores se fueran por los cerros de Úbeda de la pedantería o la
erudición. En las librerías, las ventas se disparaban los sábados.
A sus 55 años de edad, este eterno adolescente y el mechón rebelde de
su cabello tienen ganas de hacer otra cosa. "Tras 15 años de leer 10
horas diarias, estoy un poco saturado de
lecturas; en particular de novelas. Y como estoy cansado, me parece que
lo más honesto con los espectadores es terminar con el programa".
[Introducción a entrevista a Bernard Pivot en El País en 1990. Voy a ver capítulos de Apostrophes para empezar con el francés escuchado.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario