sábado, 4 de agosto de 2012

5.8

"Durante tres lustros, Pivot consiguió que los viernes por la noche entre tres y seis millones de telespectadores pasaran del cine, las variedades o los concursos para ver en Antenne 2 una tertulia literaria en directo. Sólo él podía hacerlo, porque está hecho con la misma pasta que el actor cinematográfico Philippe Noiret; es decir, es ese tipo al que todo el mundo invitaría a cenar a casa: el hermano mayor sabio y jovial.La idea de Apostrophes consistía en que cuatro o cinco autores abordaran un tema único del que todos hubieran escrito recientemente: la inteligencia de los bebés, el amor sadomasoquista, Napoleón y las mujeres, el dinero, la revolución iraní, el adulterio o Marilyn Monroe. Antes de encontrarse en el programa, todos los invitados debían haber leído los textos de sus contertulios. Por su parte, Pivot, el anfitrión, conocía hasta las notas a pie de página de los libros presentados. Pivot era la gracia del programa. Con humor y malicia impedía que los escritores se fueran por los cerros de Úbeda de la pedantería o la erudición. En las librerías, las ventas se disparaban los sábados.

A sus 55 años de edad, este eterno adolescente y el mechón rebelde de su cabello tienen ganas de hacer otra cosa. "Tras 15 años de leer 10 horas diarias, estoy un poco saturado de lecturas; en particular de novelas. Y como estoy cansado, me parece que lo más honesto con los espectadores es terminar con el programa".

[Introducción a entrevista a Bernard Pivot en El País en 1990. Voy a ver capítulos de Apostrophes para empezar con el francés escuchado.]

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