"- Tengo la sensación de que avanzas hacia una caída realmente terrible. Pero, sinceramente, no sé de qué tipo...¿Me escuchas?
[...]
El señor Antolini se quedó un rato callado. Luego se levantó, cogió
otro cubito de hielo, lo echó en el vaso y volvió a sentarse. Se le
notaba que estaba pensando. Yo estaba deseando que continuara la conversación por la mañana en vez de ahora, pero él estaba empeñado. La gente casi siempre se empeña en hablar cuando el otro no tiene ninguna gana.
- Está bien. Ahora escúchame un momento... Puede que no me exprese tan
memorablemente como quisiera, pero dentro de un par de días te escribiré
un carta. Entonces podrás entenderlo todo. Pero ahora escúchame de
todos modos. -Volvió a concentrarse. Luego continuó-: Esta caída a la
que creo que te diriges es de un tipo muy especial, terrible.Al que cae
no se le permite ni oír ni sentir que ha llegado al fondo. Sólo sigue
cayendo y cayendo. Es el tipo de caída destinada a los hombres que en
algún momento de su vida buscaron en su entorno algo que éste no podía
proporcionarles. O que creyeron que su entorno no podía
proporcionárselo. Así que dejaron de buscar. Abandonaron la búsqueda
antes de iniciarla siquiera. ¿Me sigues? [...]"
[El guardián entre el centeno - J.D.Salinger]
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